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Skyfall: Bond Origins o 007 Comienza


Obviamente toda película es el juego de domino de un director o un productor o un guionista, unas más que otras, o con mayor o menor sabiduría, sin embargo algunas veces hay elementos dentro de la película que conocen también las fichas del juego. En Skyfall como en otras películas generalmente de géneros como el suspenso o la acción también sucede eso, y ello si se sabe hacer resultante estimulante para el espectador.

Skyfall es claramente un reinicio de la saga bond, un reset al disco duro del MI6 en el cine, por supuesto. Claramente esto se dijo de Casino Royale (2006) por ser la película que llevaba al cine la primera historia que se publico de Ian Fleming sobre el Agente 007. Película que además bautizaba la licencia para matar de Daniel Craig. Sin embargo el verdadero reinicio es este, Skyfall. Casino Royale claro, hizo una ruptura, demostró que Bond podía ser humano y que además sus películas podían tener ese realismo o híper realismo alejándose del tono de aventuras que esta saga siempre tuvo, y acercándose más al estilo de películas de espionaje como la saga Bourne que inicio en 2002. Este Bond desde ahí ya no era tan ese falso Don Juan y obviamente un ser con emociones e instintos a flor de piel.


Lo que Skyfall ha venido a aportarle entonces al Bond que ha interpretado Daniel Craig post Pierce Brosnan es que no solo tiene emociones, que sangra, se ensucia, y que tiene un corazón no muy expresivo pero que está ahí, es que además tiene un pasado, una historia, y una que explica además porque es como es, incluso para toda la saga de alguna manera. 

Esto es impagable para esta franquicia, Sam Mendes, podrá no volver a dirigir a Bond en su vida, pero ha terminado de moldear esa tridimensionalidad humana del 007, la cual salvo “Die Another Die” (2002) es la del James Bond del siglo 21: Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008) y Skyfall (2012). Podrá este personaje volver a ser el mismo espía don juan pagado de sí mismo, especialista en tomar martinis y acostarse con todo lo que puede, pero siempre se recordará que Bond una vez fue humano. 


Queda claro que MGM es eso lo que buscan, dotarlo de esa humanidad y realismo, la cual de alguna manera ha cosechado cierto respeto en el cine comercial, en otras películas tales como la saga de Batman de Nolan por ejemplo. Nada mejor que esta referencia para comentar el Bond de Sam Mendes, prácticamente esta película puede verse como una especie de James Wayne, y no está mal copiar algo que ha tenido tanto éxito en taquilla y crítica. 
El argumento de la película si uno la compara con otras típicas historias de Bond, digamos que es mucho lineal, más pausado, no cosecha tantas visados y viajes alrededor del mundo, los hay claro está, pero no en ese orden tan frenético que sucede usualmente, y lo que es más importante, lo verdaderamente fundamental no está en ellos. Lo importante y que le da identidad al film está en un gran compendio dramático bastante verosímil y atrapante que viene a integrarse a la trama de acción – intriga y pirotecnia propia del 007. 

Tal drama es una retrospectiva a quien es Bond, un viaje al corazón del agente, desde donde parte hasta donde llega, puesto que incluso parece ser que hasta le importa Inglaterra, y por supuesto esa figura materna, de algún modo, que es “M” (Judi Dench). Desde ahí parte a bordo de un Aston Martin DB5 modelo 1963 a sus orígenes, haciendo guiños a la historia de la saga, e incluso reintroduciendo a uno de sus personajes emblemáticos: la Señorita Moneypenny, ausente en la era Craig, y reinventando a “M” y también a Q”. 
Ahí y durante toda la película lo espera tanto su pasado como su antagonista, obviamente y cuando no, el villano de turno, esta vez alguien que tiene cierto misterio del Dr. No, algo del método del Joker, de “La Plaga” (Hackers, 1995), pero también de cierto homenaje al Doctor Lecter. Una amalgama muy inusual y que resulta siendo un homenaje a muchos villanos de aquí y de allá, y que a la vez se columpia entre el gran villano y lo ridículo. Sí, por unas milésimas, te puede hacer sonreír sus amaneramientos, pero un milímetro más allá también conmover su historia, y luego asombrarte con sus estrategias. El villano también simboliza todo un discurso de occidente de “defensa”, de sus aparatos de seguridad, no exclusivo de Skyfall, también hay visos de ello en Red de Mentiras (2008), con esa pretendida discusión sobre el enemigo invisible de hoy en día, gracias a la tecnología, que ataca desde las sombras, como una especie de guerrillero global en un juego de escondidas, y ante el cual ninguna precaución ni sistema de vigilancia es suficiente. 
Es posible que Skyfall, retrospectivamente sea una forma de decir que el personaje ha madurado, ese ser más humano, más realista, del que hablamos, puede redundar en que ya dejo esa actitud tan vanal que siempre presumió, creció. No en vano la película va progresivamente aludiendo a la veteranía de 007 en las carnes y barbas de Daniel Craig, como sí se estuviera anunciando su retiro de la franquicia. La cual podría producirse ya mismo, y Craig podría retirarse como uno de los interpretes que dejaron huella con el personaje. Y no es que sea mejor Bond que Roger Moore o Sean Connery, Timothy Dalton o George Lazenby, bueno mejor que este último, lo es cualquiera de ellos fácilmente. No es eso, es que Craig ha sido el que ha encarnado esta metamorfosis, digamos adulta, en términos del cine, del personaje, y lo ha hecho en solo 3 películas, aun estando Quantum of Solace (2008) por debajo de las otras dos por mucho. Eso es eficacia sin duda, además Daniel Craig creo, y pueden apuntar sus críticas a discreción, no hay problema, esta junto con Connery entre los dos mejores actores, al que se la encargado este carácter, más alla de lo que ha hecho en la saga 007. 
Quizás no ha tenido la oportunidad de encarnar personajes tan celebres como Jim Malone en Los Intocables (1987), el fraile William de Baskerville en El Nombre de la Rosa (1986) o en La Casa Rusia (1990), pero aun así Daniel Craig, en casí todas sus películas ha demostrado, que es un actor de una profundidad interpretativa importante y que va más allá de su talento para la acción como al principio se encasillo en Inglaterra. Personajes como el Werner Heinsenberg en Copenhagen (2002), el esposo de Sylvia Plath en Sylvia (2003), el sacerdote asesino en Elizabeth (1998), el agente del Mossad en Munich (2005) o el periodista de la Chica del Dragón Tatuado (2011). Todos ellos son personajes más profundos y desarrollados consecuentemente con ello, de lo que usualmente hemos visto de Roger Moore, Timothy Dalton o Pierce Brosnan. 
Así quizás Craig podría tener una breve pero memorable estadía como el 007 y ser Sky Fall un punto definitivo para una reinvención del personaje y eso es lo que más se debe agradecer a Sam Mendes, quizás comparado con muchas películas dramáticas, por ejemplo, se queda corta, en este recorrido retrospectivo, quizás hay películas más humanas, más complejas sobre asesinos, porque Bond es un asesino, a sueldo pero lo es. Está claro que son más complejas: Ghost Dog Camino del Samurái (1999), Imperdonable (1992), Collateral (2004), Munich (2005), The American (2010), Leon (1994), Tinker Tailor Soldier Spy (2011), Camino a la Perdición (2002) con Sam Mendes dirigiéndola y Craig como uno de los protagonistas, entre algunas otras, pero dentro de lo que es el blockbuster puro, el cine rompe taquillas, esta es una muy buena película, sin duda una de las mejores de 2012 en esa categoría, y tiene una buena calidad por debajo del top ten del cine de espías por poco, pero ahí detrás viene, estando además creo entre lo mejor de la saga de Bond, ahí sí, por mucho.

Steven Spielberg alguna vez intento dirigir Bond, no sé muy bien porque no sucedió así, al parecer la productora no quiso, pero por mi parte siempre espere que un director con estilo, un director creador se pusiera en frente de esta historia para sacarle jugo, bueno, Sam Mendes es en todos los 50 años de esa historia fílmica, uno de los directores más reconocidos previamente que lo ha hecho, y no ha decepcionado, ha mostrado que este personaje merece buenos directores así como el cine de espías. Ningún director ganador del Premio Oscar había dirigido una película de James Bond hasta Mendes con Skyfall. 


Director: Sam Mendes (Reino Unido – Estados Unidos, 147 min.) 
Productora: MGM, Danjaq, Eon Productions
Interpretes: Daniel Craig, Judi Dench, Naomie Harris, Ralph Fiennes, Javier Bardem, Albert Finney, Ben Whishaw y Bérénice Marlohe. 
Presupuesto: 200 millones de dolares

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